sábado, 24 de agosto de 2013

Comprar (y a veces llevarse gratis) objetos de segunda mano en Holanda


En ocasiones encontrar lo que buscas es tan sencillo como conocer el término que lo designa. Y en este caso particular el problema es muy parecido en las lenguas española y holandesa. Cualquier extranjero armado con un diccionario averiguaría fácilmente cómo se dice "segunda mano", pero mucho menos inmediato sería llegar al conocimiento de que las tiendas en que se vende este tipo de material reciben el extraño nombre de rastro. En el artículo de hoy aprenderemos cómo se llaman estos establecimientos en holandés, ya que su nombre tampoco es evidente, y estudiaremos los métodos preferidos por los neerlandeses para vender y comprar (o llevarse gratis, que también se puede) objetos que ya han sido utilizados por otras personas.

domingo, 11 de agosto de 2013

Amsterdam ArtZuid, un museo al aire libre


Hace unos días, por motivos que no vienen a cuento, tuve que pasarme por la estación Amsterdam Zuid. No había estado en ese lugar desde un buen tiempo atrás y, salvo por que los maceteros estaban ahora forrados con una especie de fieltro rosa, todo parecía seguir como siempre. Sin embargo, caminando por las plazas que circundan el edificio, topé con dos elementos que juraría antes no estaban allí: un helicóptero y un expositor con un cerdo disecado y reconstruido, mitad p'alante gorrino clásico, mitad p'atrás patanegra. ¡Como para pasárselos por alto! Ya no cabía ninguna duda, tantos y tan dispares indicios sólo podían evidenciar la mano de alguno de nuestros queridos y ubicuos artistuchos holandeses. Investigando la escena un poco más a fondo descubrí que los recientes cambios no eran obra de un sólo individuo sino que estas tres obras formaban parte de un conjunto más importante de lo que en principio parecía: Amsterdam ArtZuid.

viernes, 2 de agosto de 2013

A falta de mar buenas son fuentes


Es oficial. Estamos teniendo una ola de calor en los Países Bajos, la primera desde 2006. O al menos eso nos comunicó ayer en un correo el departamento (de una persona) de recursos humanos de mi oficina. Dicho correo adjunta el dibujito de un monigote asfixiándose junto a un ventilador y una serie de consejos que jamás hubiéramos imaginado tales como no ponerse al sol o beber mucha agua. Es lo que tiene vivir en un país que por lo general no alcanza temperaturas muy elevadas. Además recomienda a los que trabajamos en las zonas más calientes del edificio que ocupemos el sitio más fresco de algún compañero que esté de vacaciones. A buenas horas mangas verdes, que tras todo este ardiente mes ya podíamos estar agonizando de un golpe de calor. Sin embargo los habitantes de Amsterdam saben buscarse la vida sin necesidad de este tipo de consejos.